17 de abril de 2012

Considerado que es mi blog, y puedo decir lo que quiera en él, y aunque probablemente borre esta entrada en un día o dos o no lo borre nunca, supongo que seré consciente al decir lo que quiera de una manera un tanto aleatoria.
Porque se supone que esa era la verdad, pero aún puede que sea algo así como un palo de escoba atravesando una pared de pastas de piña. 
La pasta de piña son suaves, duras al mismo tiempo pero con la velocidad suficiente supuede que el palo de escoba se transforme en una aguja gigante con punta afilada y comienza a cocer (¿coser? ¿cozer?) sacos de telas rotas. Y luego venir y pasarte un papel en el proceso para que intentes vomitar todo lo que tienes en él. 
La pepsi con coca cola con limón, es un hecho. Supongo que también haremos vino con gotas de eugenol concentrado a partir del tampico, no eso creo que no este mundo no se puede hacer. Macbeth me cansa, Hamlet me encata, pero Ernesto es un genio insuperable. Y luego vendrán los monos a escribir todas esas odias y adorables obras. 
Veré qué onda se mueve más, debería optar por mejor no hacer eso; porque una hipótesis ya comprobada no se tiene que volver a experimentar. No me da igual, pero supongo que soy de la gente que se golpea con el mismo cesped una y otra vez. Y ahora ese líquido salino de nuevo no me deja ver, qué jo... molesto.


Me iré a tratar leer,


Aururu

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