15 de julio de 2011

Un año~

Parecía que había algo pues estuve inquietaba todo el día.
Y efectivamente había algo.


¡ UN AÑO!


en Argentina de matrimonio igualitario.




Visita:



Y parece que hubiese sido más tiempo, o tan sólo ayer,

Aururu

13 de julio de 2011

Nadie [3]~


El sonido de las campanas me devolvieron radicalmente a mi sitio. Había ignorado que mis pupilas molestaban tanto porque el sol llegaba directamente a mi rostro. Los autos no paraban de pitar al observar que el semáforo habiá cambiado a "sigan" en lugar de "paren".
Pude contar seis extensas campanadas.

Se hacía tarde. 

 Y seguías sin llegar.


En la ciudad el tiempo sigue siendo el mismo,

Aururu

6 de julio de 2011

Little bad girl~


Gritaron mi nombre en medio del ruido ensordecedor. Volteé mi cabeza para tratar de escuchar lo que me decían. No había sonido alguno, el total ruido sobre el cerrado espacio me impedía tan siquiera concentrarme, intenté leer los labios de la persona que me hablaba pero fue otra pérdida de tiempo porque las intermitentes luces no me permitían ver una palabra completa. Entonces sólo me quedó seguir continuamente una seña.
Hombro, Antebrazo, Brazo, Muñeca, Mano, Dedo índice, el vacío... y en medio del vacío de la multitud, .
La música paró.Mi consciencia se desprendió.


Automáticamente comencé a caminar hacia ti. Aparté a cada estorbo en mi camino. Y sin darme cuenta empecé a correr, a empujar, a desprender a la multitud porque te tragaba. Te consumía, te adentraba, te seducía, hacía que bailes para hambrientos estorbos.

Derecha, izquierda. Izquierda, derecha. Manos Arriba.

Y me perturbaba más a cada instante que veía que lo hacías. Una secuencia, una suculenta secuencia. Deseaba que siguieras haciéndolo. Deseaba que siguieras bailando, moviéndote, disfrutando, pero no para ellos. No pare ellos, mi pequeña niña mala. Lucías extremadamente coordinada, me preguntaba si estabas consciente de los movimientos que hacías. Y mientras me lo cuestionaba era aún más desesperante.  Y mi mano te tocó. 

¿Asustada? ¿Sorprendida? ¿Extasiada? ¿Perturbada? ¿Feliz? No supe descifrar tu expresión. Sólo logré observar tus inquisitivos ojos,  tu sonrisa, y tus labios moviéndose en una sola palabra: "Házlo". 


Parpadeé. Y me descubrí mi cuerpo estático. Mi mente analizó que todo aquella corrida había sido una ilusión, mi acercamiento. Pero, la desesperación no era una ilusión, tú movimiéndote como  elegida de los dioses no era una ilusión, tus ojos penetrándome no eran una ilusión, y aquel movimiento de labios tampoco.

Dos segundos después mi cuerpo se movió sin sentido alguno, verdaderamente hacia ti. 


Go Little bad girl,

Aururu.

5 de julio de 2011

Higher~


Cerrando mis ojos me dejé envolver por los palpitantes sonidos. Y la habitaciòn oscureció, la lámpara se esfumó, las cortinas desaparecieron y tan coloridas luces aparecieron en mi mente. Y comencé a danzar sin sentido alguno y más aún sin saber si lo hacía bien. La música me llevaba despacio, para súbitamente trasportar mis piernas a estrómbitos movimientos, que mis caderas las seguían. Levanté mis manos, gritando las palabras de la insensata canción que tan sólo me llevaba.
Más alto, más alto, ¡Más alto!. Mi alma se me desprendía al dejarme llevar tan sólo por el ritmo de la canción. Trantando de ignorar todo, a todos.
Pero la ilusión se terminó súbitamente, como el roce casi sensual de las ondas rítmicas que invadían mis oídos. Inmediatamente activé el botón para que suene la próxima melodía.

Next.

Me tenía que seguir dopando con música, eso me ayudaría a no caer llorando de rodillas.

It´s taken me higher off the ground,

Aururu

Atrasada~

Marrón.

No maldije el haber abierto de nuevo los ojos  e instantáneamente mirar al techo pero sí una sensación de lamento se extendió inmediatamente sobre todo mi alma, invadiendo como un virus a posteriormente a mi cuerpo.  Mis rodillas empezaron a molestarme inmediatamente me hube incorporado. A veces olvidaba que sencillamente no debía moverme tan bruscamente, ignoraba que ya no podía hacerlo. 

Luego de vestirme silenciosamente, actualicé mi calendario. La sensación que me invadió al abrir mis ojos me golpeó como una fuerte oleada marina, haciendo incluso que me tambalee al darme cuenta de la fecha actual: 5 de Julio.

-Luis, ¿es que ya estás despierto? - oí el grito que ya imaginé que vendría. 

Sin responderle bajé lo más rápido que mis cansadas piernas y mis gastadas rodillas me lo permitieron. Encontrándome con la revolución matutina. 

-¡Buenos Días Luisito! - me saludaron al unísono las gemelas, Karin y Valeria, saltando casi instántaneamente a besar mis dos mejillas.

-Buenas - me saludó  Cristian, mientras me indicaba mi silla, e indicándome con la mirada que la aquella persona que me llamó a gritos, estaba más enfadada de lo común. 

-Buenos Días, Leonard... - intenté saludar a aquella persona.

-¿Cuáles "buenos"? Mejor siéntate a comer la poca mermelada que nos dejaste. - espetó rechanzando mi saludo, era algo habitual más no podía evitar que me doliera en cierta manera. 

-Pero papi, Luis... - intentaron explicar las gemelas que efectivamente yo no había ni siquiera probado aquella mermelada, sino que les hice un sánduche para aquellas dos gotitas de agua, y para el joven que sentado a mi lado iba a empezar a discrepar también. Al instante puse mi dedo índice en medio de mis labios cerrados indicándoles que guarden silencio.

-Me mato trabajando para que claro, ¡me vayas rompiendo cosas, para que me gastes las comida sin pensar en los demás! ¡Esto es tan insensato! ¡Niños, rápido su desayuno o llegaremos tarde, y tú también come, o es que ahora me vas a despreciar la comida! 

Sin una sola palabra y mientras en el fondo sonaban las noticias por la radio. Todos intentamos comer. En medio de eso, no pude evitar recordar cómo era desayunar con aquella persona. No pude evitar preguntarme cómo sería la sitaución actual si fuera más joven. No pude evitar cuestionarme si realmente me había convertido en algo inservible. No pude evitar sentirme viejo. 
Aunque lo de "viejo" era una verdad incuestionable. 

-Hoy, iré al parque. - anuncié viendo que pronto acabaríamos de desayunar. 

-¿qué hoy qué? Sabes que...- dijo mirando a su reloj- haz lo que quieras. Vámonos niños. 

Los chicos le obedecieron de inmediato. Cristian tomando su maleta ayudó a sus una de sus pequeñas hermanas, yo ayudé a la otra. 

-Luisito, ten cuidado y cruce viendo a los dos lados la calle. - dijo Karin.

-La maestra siempre nos dice eso. - completó Valeria. 

-Lo haré pequeñas, hora corran que su padre quizá no está del mejor humor. - Asintieron cruzando atrás de Leonardo la puerta.

-Vuelve a casa quieres, y perdona a papá anda más irritado de lo común. - mencionó Cristian antes de irse. 

Lo vi irse y no pude evitar susurrar en mi mente algo que quería decir a Leonardo "Que tengas buen día, hijo." 


Efectivamente, salí al parque. Quizá era un poco masoquista hacerlo, pero hoy tenía que ir. Encontré la gastada banca que hizo que me invadiera de nuevo una ola de nostalgia. Mi persona más amada me había dejado un día como hoy, 5 de julio. Sentado en la gasta banca que un día había compartido con esa persona, mis lágrimas no pudieron deternerse. 

Siempre temí llegar a la edad que ahora profesaba, pero ahora tenía más miedo por la tardanza de aquello que inconscientemente anhelaba.

La muerte estaba dolorosamente atrasada a mi encuentro. 



¿Sufre más aquél que espera siempre, que aquél que nunca esperó a nadie? - Neruda,




Aururu

2 de julio de 2011


Yo sólo quiero Libertad ♪♫,

Aururu
Hoy, tampoco viniste.

Era miércoles. Me había dirigido inmediatamente después de mis actividades a ese lugar. Había pedido como siempre un expresso. Había tomado el mismo haciendo que inconscientemente quizá me lo reservaban solo para mí. Había encendido mi pórtatil. Había revisado todos mis sitios en la red. Había respondido algunos de los mensajes que me habían llegado, y cuando me expresso hubo llegado me detenía no sólo a tomarlo, sino a esperar que súbitamente apareciera lo que mi mente deseaba en frente mío.
Pero un momento de imaginación más tarde, me daba cuenta que la realidad era otra.
Que la realidad era mi expresso se enfriaría si no lo tomaba rápido, y que pronto llegaría mi comida junto con el dueño para que le hiciera la misma pregunta que siempre le hacía, porque era miércoles después de todo.

-Aquí tienes, querida - dijo el dueño colocando un exquisito plato en frente mío. Seguramente esperando que esta ocasión si lo probase. Sonreí totalmente agradecida, había preparado mi favorito.

Quizá porque sabía que hoy realmente no era "Otro miércoles"

- ¿Has tenido un buen día, pequeña? - preguntó al instante.

-Algo más cansado de lo normal supongo.- contesté sin poder evitar decir entre líneas la verdad.

-Deberías comer algo e ir a casa, pequeña. - me dijo insistente con preocupada voz. Alguien que en extrañas circunstancias simplemente sabía quizá lo que realmente necesitaba. Alguien que me acogió totalmente derrumbada, pues el entendía mi dolor.

-¿Ha venido? - pregunté por ti sin poder contenerme más.

-Ya son 4 años ¿eh?... Creo que... - empezó a balbucear.

-Te hice una pregunta, Demetri. ¿Ha venido? - dijo expresión gélida en busca de la respuesta.

-No - contestó cortante, pero con deje triste.

-Quiero fresas para el postre - pedí ya sin más obtenida mi respuesta, regresando a mi rostro mi habitual sonrisa.

-Por supuesto. - dijo Demetri también sonriendo pero melancólico. Los dos sabíamos que esa era la única pregunta que le obligaría a responder siempre.

Así aparté mi portátil, para tomar mis alimentos. De seguro él los hizo exclusivamente para que los comiera, pronto vendrían mis fresas estoy segura. Pronto también vendrían los demás chicos del lugar a saludarme, para finalmente que Demetri se siente enfrente mío y conversar de nuestra semanas. Para que finalmente me repita lo que cada semana hace.

-"Deberías empezar a olvidar"

-"No, mi promesa no será rota"

Pues así era, aunque te hubieras ido. Aunque quizá todo haya terminado para ti. Mi promesa no se romperá.

Te seguiré esperando


Al menos tengo tu odio tengo tu rencor,- Txus

Aururu