29 de marzo de 2012

Solo juegos son

Sujeto 1: ¡Qué gulumpiante vida! 
Sujeto 2: ¿Qué, qué? 
Sujeto 1: Te digo que la vida es como estar en columpio. 
Sujeto 2: ¡Blah! Adelante, atrás, adelante, atrás. La vida es más como un "subibaja" 
Sujeto 3: ¿Están drogados? La vida es como un rueda: giras, giras, giras y en un punto debes pararte y vomitar. 
Sujeto 1 y Sujeto 2: Mejor cállate. 


Cosas que se conversan cuando esperas irte a casa, 


Aururu

No se estremecía cuando el sol quemaba sus pupilas, no se lograba impacientar ante la larga espera, no se podría realmente consentir en formarse a otro nivel o ni siquiera interpretar los murmullos a su alrededor.
Sus labios resecos estaban. No, no era que fuera la conversación que le hubieran secado los labios, era la falta de su consentimiento en interacción que se los había secado. Parecía piedra mal formada o incluso un barro maltratado o quizá era al revés. Una piedra maltratada de quien nadie podía tomar consuelo, un barro mal formado que no se le podía increpar a ningún experto. 
Era de agradecer que esos mismos labios por su parte querían abrirse y agradecer lo vacío que estaba el lugar en donde sentada estaba. 
Le hacía falta el vacío. El vacío que le daba paz le recordaba lo que ella misma se había propuesto.  Y el vació que se reflejaba en el "más allá del balcón". Ese vacio que se traducía en cuatro palabras, que se transcribía en la nada.
La nada era lo que realmente podía poseer, la nada era su misma persona. Decidió abrazar a la nada, se preguntaba si la nada también le abrazaría pues eso sería reconfortante. La nada no poseía nada: no poseía alegría pero tampoco posería dolor, no poseía compañia pero tampoco poseía la soledad. 
Era perfecta, era lo que quería ser. Perfecta como la nada.La abrazó, se agarró a ella, se perdió en ella, se mofó de ella, jugó con ella, sería guiada por ella. La besó y deseo dejar morir su existencia humana.

Esa existencia humana que le ataba a la silla en donde se encontraba, la existencia humana que le hacía darse cuenta que sus labios estaban resecos, la existencia humana que no le permitía evaporarse, la existencia humana que le repetía que debía interactuar con personas, la existencia humana que le daba relaciones con otras personas y le hacían sufrir.

Oh sí, la nada no le haría sufrir como esos crueles doctores qué sólo le llamaban "loca", sin fijarse que no estaba loca. Simplemente estaba llena de huecos en su todo su cuerpo, huecos pudriéndose y llenándose de polvo. Ellos decían que no los veían. 

¡Ellos eran los locos por no ver los huecos! Por no ver que necesitaba agua, por no ver que necesitaba urgentemente lanzarse de ese balcón para alcanzarla a la bella dama que le proporcionaría todo, a esa nada que se balanceaba invitándola a ser libre. 



Mirando el Retablo de San Jorge, 

Aururu

26 de marzo de 2012

Hambre~

Para el pequeño Dhampir 
hasta que se me ocurra algo mejor.

Hambre
Le tenían miedo, pero ella creyó que no era para tanto. Se le acercó le habló. Hablaron. Conversaron. Se hicieron conocidos.
Un día normal, un saludo normal. Un tema de conversación espontánea y con signo de cháchara.
-No me agrada tu mirada hoy,  tienes mirada asesina.
-¿Tanto se me nota que no he comido? – el chico le preguntó seriamente preocupado.
-¿Disculpa? –la chica se asustó.
-La sangre de vírgenes es escasa en estos tiempos, ¡sexo, sexo,sexo! – el muchacho exclama con exasperación.
-¿Sangre de… vírgenes?
-Sí, sí sangre de vírgenes, mujer u hombre da lo mismo. Antes se hacía un ritual pero ahora sólo se les matas como se pueda y luego le sacas la sangre. Bueno tú estás a salvo –olfateó un poco- No eres virgen pero igual me caes bien.
La chica se aleja corriendo con pánico impregnado en cada célula. Viene otra chica con la misma mirada del chico.
-Hola, ¿qué pasó? –saludó y anunció su pregunta sobre la escena.
-La man salió corriendo porque le dije que tenía hambre.
-Denso.
Los dos se alejan. El día continuaba. La noche sería otra cacería seguramente sin éxito.  Lxs vírgenes escaseaban porque los tiempos habían cambiado. 


Sangre negativa sobre todo, ¿eh?,

Aururu

20 de marzo de 2012

Volveremos al lugar~


Le gustaba caminar por la calle porque decía que la vereda era incómoda. Le gustaba oír la insistente bocina de los autos reclamándole paso por lo que supuestamente era de ellos. Le gustaba degustar las mil y unas palabras que le proporcionaba cualquier conductor recordándole que podía atravesar el asfalto y proclamar, rasgando la calle con cuchillo, que estaba loca, psicópata.

A él le agradaba caminar por la vereda porque decía que la calle era fría. Le gustaba atravesar la multitud de gente y que al mezclarse con ellos automáticamente se le apartaran como si el fuera un gran depredador y ellos débiles presas. Le gustaba las incontables basuras entre todas las pisadas que las desperdiciaban, que de una forma automáticamente natural las degradaban. Le gustaba exhibirse como especie en peligro de extinción por suaves y cómodos adoquines.

Los dos habían tropezado en medio de sus gustos. Del lado contrario habían ido a parar, pero antes de caer se habían chocado el uno contra el otro.

Ella llevaba pantalón rasgado. Él llevaba uno bien planchado.
Ella llevaba corbata verde. Él llevaba  andrajosas telas de colores.

Los dos cayeron porque iban cantando la misma canción.


Sus cabezas fueron lo primero en chocar. Sus manos fueron las últimas en sentir contacto unas  con otras. Como inspiración macabra cantaron la canción que les había hecho caer de distracción, comenzarón a bailar. Entre la vereda, entre la calle, entre lo que existe y no. Bailaban para ellos, bailaban al compás de sus voces y de sus delirios.  Bailaban dentro de sus propios silencios y gritos, bailaban desesperadamente. Bailaban  para marcar el lugar en donde todo podría comenzar. 


Monsieur Periné. Monsieur Periné,

Aururu.

19 de marzo de 2012


Karma azul me recuerda mi odio. Karma azul restituye las notas volantes. Karma azul no me conoce. Karama azul se parece mucho a una persona. Karma azul suele violarme con palabras. Karma azul debe llamarse Zoe. Karma azul no puede mirar directamente el buhosandia porque se congelaría entre los extraños ojos del objeto. Karma azul suele censurarse. Karma azul no tiene concepto de censura. Karma azul es alguien de colores. Karma azul canta. Karma azul dibuja. Karma azul escribe. Por Karma azul casi he traicionado mi nombre de nuevo, pero eso no pasará tan rápido, o eso es lo que comiendo una galleta como signo de perpetuo contrato, yo he prometido.




Aururu

12 de marzo de 2012

Sin Azúcar por hoy.

Las manos le dolían. Sus dedos reclamaban poder moverse con libertad, entumidos no podían ni siquiera manifestarse. Uno de sus ojos sangraba, su hombro contrapuesto le dolía, y la comisura de sus labios formaban un gesto que no se podía decifrar. 


Y comenzó a reír esquizofrénicamente, dejando pequeñas humaredas de humo con su risa al contacto con el ambiente que le rodeba. Siguió riendo, leyendo y riendo sin sentido. Leía, leía breves líneas seguramente sin sentido, sin sintáxis, sin una pizca de ajo dentro de la preparación. 


No importaba que no tuviera sentido. No influenciaba que ella mismo no tuviera cordura por breves momentos. Sus manos le seguían doliendo, su teléfono vibró. 


Lástima que no era una llamada diciéndole "Siete días", hubiera sido extraordinariamente terrorìfico y hubiera dispersado su mente para tratar de romper las circunferencias que tenía por ideas. El teléfono había vibrado anunciándole el paso de algunos minutos. Seguramente su café estaría listo. 


Se levantó. Se predispuso a caminar. Pero sus pensamientos le hicieron caer en picada. Agarró todo a su paso, lo destruyó, lo desgarró, lo aruñó, lo rompió, lo lamió, lo mordió. Desató el caos con todas las cosas que se presenatban en su camino: espejos, libros, pan, chocolate, hojas, esferos, sillas, alfombras. 


El caos la llevó a hiperventilar salvajemente, le hizo observar distintios colores por momentos, le hizo caer y golpearse. El golpe la hizo reaccionar, le hizo que vuelva a la razón


Su café ya estaba listo, sus manos se sintieron extasiadas al tocar la superficie de la taza caliente que amortiguaba su dolor. Se sentó de nuevo, no puso azúcar; hoy no era necesaria. 


Bebió el primer sorbó y calmadamente recordó lo que en un pasado de 10 minutos le hizo perder su compostura habitual, no era todas las palabras que había leído, solo lo eran dos: 


Un experimento.

"Ándate a la puta que te parió" se dijo en su mente. Se apresuró a beber su café que se enfriaba. Que su café se helara, en ese instante se traducía en "crimen de estado". 



Tiene  mucho sentido para mí y ¿para ustedes?, 


Aururu




Editado: Hola, soy una de las que tiene la contraseña para este blog. Lo anteriormente expuesto además de no tener pies ni cabeza, no tiene aunque sea un poco de orégano para que, según se me solía decir, se pueda digerir. Da igual, si quieren pueden tragarlo, de otra manera por favor escúpanlo si lo consideran más saludable. Muchos saludos. 


Editado 2: Nyan, nyan, nyan. He utilizado este espacio para lo que era originalmente. nyan, nyan~