Quizá nos faltó modales. Pues eso de siempre de ir al punto del asunto se nos daba muy bien.

Observamos las generalidades, pues si algo la alfombra estaba rugosa preferíamos fijarnos si estaba bien colocada de manera que protegiera nuestros descalzos pies, mientras corríamos detrás del otro, en busca de risas sin fin por el más pequeño espacio.

Pues todo era libre, sin incoherentes ataduras, sin impostores compromisos.  

Si deseábamos algo del otrx, lo pedíamos. Realmente lo exigíamos sin demora, donde incoscientemente nos complacíamos en cada petición que pudiéramos tener. Entre caricias, necesaria agua, recorríamos fielmente nuestros cuerpos. Entre besos, macabro padecimiento, nos apartábamos del sosegado azul  haciéndolo frenético carmín.Entre escupitajos de palabras nos adentrábamos en la dopada mente del otro. 

Quizá estábamxs locxs, enfermxs , adictxs. 

Recuerdo más fielmente la adicción. Me drogaba con tu esencia respirada de tu insensible cuello, exigía que fuera solamente míx. Sin palabras dulces y vomitivas, sin falsas pretensiones de eternidad, sin engaños sin sentido. Sin embargo quizá ese fue nuestra gota del 

famoso rebosante vaso. Porque en esa pizca de posesión se vislumbró el deseo que nunca nos atrevimos a mencionar, por el negado pacto que no nos queríamos atrever a realizar.  

La negativa a mencionarte que por favor no me dejes.  

"Que artera con ese por favor, que fiero, antes no era así" - E.E. 

-Sobre tiempos pasados-,

Aururu