Me he organizado de una terrible manera, tengo tanto que leer, bueno siempre hay mucho que leer, pero he dejado acumular muchas cosillas por allí. Y pues comenzará ya a leer algo más complejo [Guácale, ya nada] pues hasta ahora me he concentrado solamente en narrativa, y no e incursionado en otros vainas.
Pero aún no encontró la manera de verdaderamente organizarme, no quiero hacerme un horario, ni sujetarme a una regla de lectura o una hora específica. Creo que deberé acabar los pendientes de mis tareas, y demás para dedicarme a relajarme leyendo o algo así. Espero poder lograrlo.
Por ahora creo que aún quedarán en pendientes. Pendientes mis nuevos libros, que fue una experiencia grata a la vez que acelerada comprarlos, mis antiguos libros, algunos de ellos regalos otros no, que los he ignorado por tedio a repetir de nuevo las mismas palabras en mi mente o por el nada regocijante incursionamiento a algo nuevo y por supuesto mis libros prestados, que quiero mantenerlos atados a mí en lugar de rápidamente tocarlos y violentar sus páginas con mis ojos.
Mi apetito no me llama a leer, tan sólo a tener un libro en la mano y mirar la traslúcida ventana,
Aururu.
Aururu.
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