Observa su sonrisa. Te lleva de este mundo por un momento, como si realmente pudieras abrir tus brazos y simular que son míticas alas para emprender legendarios vuelos por las escurridizas y casi inmateriales nubes. Tócala, toca a esa nube. ¿En verdad podrás o es una ilusión? 

Ilusión como un gran hermosa mentira, que te atrae te cautiva pero no es real. Porque la realidad no te cautiva, no nos cautiva, porque queremos ser ciegos, y considerarla una terrorífica imposibilidad. Confundir los dos mundo el uno del otro, confundir todos los contrapuestos, confundirnos entre nosotros. 

Y entre confusión, los engaños que dan pasos, grandes pasos y forjan caminos, senderos, puentes. Elevados puentes sin estables bases, puentes de frágil rompimiento, puentes susceptibles a indefinidas brisas que los destruyen y derrumban.

Y en la destrucción caemos. Caemos al vacío que nosotros mismos hemos construido.

Pero mientras caigo sonrío, sonrío al recordar tu sonrisa. 

"Cuando tu eternidad sea mía,

podré explicar a las nubes

el movimiento de los planetas."

Nimphie Knox- Cuanto tu eternidad sea mía,

Aururu