Para el pequeño Dhampir
hasta que se me ocurra algo mejor.
Hambre
Le tenían
miedo, pero ella creyó que no era para tanto. Se le acercó le habló. Hablaron.
Conversaron. Se hicieron conocidos.
Un día
normal, un saludo normal. Un tema de conversación espontánea y con signo de
cháchara.
-No me
agrada tu mirada hoy, tienes mirada
asesina.
-¿Tanto se
me nota que no he comido? – el chico le preguntó seriamente preocupado.
-¿Disculpa? –la
chica se asustó.
-La sangre
de vírgenes es escasa en estos tiempos, ¡sexo, sexo,sexo! – el muchacho exclama
con exasperación.
-¿Sangre de…
vírgenes?
-Sí, sí
sangre de vírgenes, mujer u hombre da lo mismo. Antes se hacía un ritual pero
ahora sólo se les matas como se pueda y luego le sacas la sangre. Bueno tú
estás a salvo –olfateó un poco- No eres virgen pero igual me caes bien.
La chica se
aleja corriendo con pánico impregnado en cada célula. Viene otra chica con la
misma mirada del chico.
-Hola, ¿qué
pasó? –saludó y anunció su pregunta sobre la escena.
-La man salió
corriendo porque le dije que tenía hambre.
-Denso.
Los dos se
alejan. El día continuaba. La noche sería otra cacería seguramente sin éxito. Lxs vírgenes escaseaban porque los tiempos
habían cambiado.
Sangre negativa sobre todo, ¿eh?,
Aururu
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