El frío era más que insoportable. Incluso el viento que delicamente imita silbidos pareciera que gritaba. Decidió irse inevitablemente a prepararase un té caliente. Apagó la luz y colocándose un abrigo para solamente dirigirse a la cocina, se percató que tenía varios mensajes en su aparato móbil.
Dirigiéndose por instinto común a prepaparse la caliente bebida los comenzó a leer, eran más de 15. Suspiró a ver el remitente, y quizo de inmediato borrarlos pero el hecho de que fueran más de 15 mensajes la impactó, deciéndose darle una oportunidad de leerlos.
"Hola, sé que no quieres hablar conmigo pero aún así quería escribirte"
"Aunque técnicamente no estas hablando pues sólo lees, así que no cuenta."
Jamás había aprendido realmente a abreviar en un mensaje de texto, así que no se extrañó a leer este tipo de mensajes. Mientras colocoba el agua en la estufa tomó asiento en la silla más próxima para seguir leyendo qué barbaridades pudo impulsarle a que le escribiera más de 15 mensajes de texto el lugar de llamarla. Bueno sabía que no contestaría después de todo...
"Hola, soy yo de nuevo. Emh, el real motivo del mensaje era para desearte una buena noche."
"Para desearte una buena noche, y que puedas dormir bien y tranquila."
"De seguro espero que puedas dormir tranquila, pero eso no más era. Nos vemos pronto."
"O por lo menos yo realmente espero que nos veamos pronto. Abrazos y bendiciones."
"Sé que no te guste que meta a mi religión en cada asunto, pero a veces es inevitable"
Ja, su religión. Su religión no era el problema y siempre se lo había dicho, repetido y explicado. Se enfado un poco, y el enfado irónicamente calentó su cuerpo por breves instantes. El agua comenzaba a calentarse en la estufa.
"Inevitable. Es inevitable como recordar ¿no crees? Recordar generalmente es inevitable"
"Al menos los recuerdos son inevitables, porque podemos ignorarlos"
"Lo que siempre hacía y hago ¿no?.... Ignorar lo que me rodea"
"Pero no era lo que me rodea, sino lo que me hacía daño."
"Y no... ese no es el punto... el punto es que.... No sé cómo es que tú ahora puedes ignorarme"
Alzó su vista, el agua aún no empeza a hervir. Un buen té siempre tiene que ser preparado en agua hierviendo en fuego lento.
"Sí me ignoras, porque yo puedo ignorar y no recorda varias cosas. pero ahora tú me"
"ignoras, con todas las letras posibles. Habidas y por haber, me ignoras desde el"
"momento en que te dije que amaba a esa persona. Y ahora no quieres hablarme"
"Y me pregunto por qué es, no contestas mis emails, no contestas mis llamadas,"
"Y cuando te veo me evades, ¡me evades!. Y me tocó recurrir a este medio que sa"
"bes que en verdad destesto utilizar, pero no había otro medio..."
La respiración de ella se acompasó al agua ahora hirviendo, porque el remiente se había dado cuenta de lo que estaba haciendo. Maldición, maldición. Y la tetera que pitaba. Irritante tomó una taza y se preparó el té que ahora seguramente ya n ole servía después de la emoción de tanto sentimientos juntos.
"¿Por qué me ignoras, ah? Por qué..... quizá, y no sé si estoy bien te"
"haya dolido que ame a otra persona, pero debes entender, comprende"
"Comprende"
No había más mensajes. Dejó a un lado el celular y se permitió hundir su cara en sus manos. Era una sensación extraña. Como si su saliva se volviera instaneamente amarga y lo más doloroso que puede pasarse por la garganta. El olor al té subía por sus sentidos, y se impulsó a lanzarlo al lavabo, derrándose todo e increíblemente sin romper la taza.
Quería sollozar pero su orgullo era más fuerte. Así que se permitió hacer lo que quizá la haría sentir peor pero por lo menos la reestablecería. Se permitió recordar su aroma... Mas el anterior aroma de te negro , había noblado su olfato.
Chilló al aparente vació.
Y un instante pudo recordarlo de nuevo. O creyó hacerlo al instante que se daba cuenta que no lo estaba recordando, lo estaba percibiendo.
-Celosa... - susurró en su oído abrazándola. - ¿Creeíste que la prefería encima tuyo?
No obtuvo respuesta. Ella se preguntaba cómo es que el remiente había entrado, obtiendo la respuesta instantánea que ella misma tiempo atrás le había donado una copia de las llaves para casos de "emergencia" Sin habla rodeó su cuerpo dejando que un apagado sollozo se le escapara.
-¿Realmente crees que yo no te ama...
-Cállate
-¿Ah?
-Cállate y déjame grabarme tu aroma.
Dicen que el sentimiento más cercano al recuerdo, es el olfato.
Bailen, bailen mis prestadas niñas. ,
Aururu