Humanos…
Seres tan débiles, tan sensibles, frágiles; y en realidad vulnerables. Podíamos construir cuanto se nos antojase, grandes, pequeños, destructivos, inofensivos, útiles, inútiles aparatos; pero por si mismo seguíamos y son muy vulnerables.
Detestaba ser de alguna forma uno de ellos.
Un humano.
Si siquiera desearía ser un animal, deseaba ser nada. ¿qué se sentiría ser nada?
La nada, algo sinceramente tan desconocido, para cualquier persona que he conocido y que he de conocer. ¿qué es la nada?
Nadie lo sabe…
Siendo la nada, no molestaría a nadie, no heriría a nadie, no llegaría a fallar, no llegaría a presentar complicación o remordimiento para otro alguien.
Pero al reflexión en sí sobre la “nada” me di cuenta que si me convertía en ella, en sí, lógicamente ya no podría sentir… En sí ya no podría pensar, ya no podría existir, ya no podría llegar a amar… Ya no podría “vivir”.
Y me di cuenta que recordé repentinamente algo que observé, “Los humanos son tan frágiles, tan débiles, me molestan…. Pero aún así en su debilidad, quieren proteger aquello que les importa”
Tal vez eso yo quería de alguna manera en lo profundo de mi ser. Y todo eso era posible, incluso el hecho de estar escribiendo esto, por ser “humana”
Después de todo, ser humano…. No es del todo malo, ¿no?
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