18 de noviembre de 2011

Alcanzada~

-¿No te parece excitante? -jadeó mientras esquivaba un señal de cruce.  La persona que corriendo, igual que ella, le seguía el paso bufó sonoramente con una sonrisa en el rostro. 

Ser perseguidas por haber robado, engañado, engatuzado y casi violado a la líder de la pandilla local, era algo que seguramente "María José y Cristina Augusta" no hubieran hecho. Pero "Mary" y "Chris" lo hicieron esta noche, hace aproximadamente 40 minutos. 

-Vamos a aquel lugar, seguro que no nos encontrarán. -  dijo entrecortadamente Mary a Chris, para que ésta automáticamente como una orden diera el instantáneo giro en la calleja siguiente. Sendos disparon se escucharon a lo que desviaron súbitamente su camino. No había duda que instántamente la adrenalina de su cuerpo comenzaba a hacer su parte, porque sentían que sus pies casi no rozaban el suelo con la fuerza que sus impulsados pasos daban para no ser capturadas. 




-¡Me duelen mis piernas! - exclamó Chris, tumándose en un viejo colchón. De inmediato Mary, estaba lanzándose a utilizar el abdomen de ésta como almohada. 

-Supongo, que debemos agradecer a estos "Gatos malditos del contrato" que tienen a todos alejados de esta casa - casi exhaló Mary tratando de recuperar el aliento. 

-Supongo que sí. -dijo Chris tratando de apartar a Mary para que no la convierta en un objeto de su comodidad - El hecho es que... creo que en verdad te ha gustado, esa persona de hoy. 

-¡Cállate Chris, fue el reto de la noche! - espetó divertida  Mary a la Chris, refiriéndose a lo que no más de una hora habían hecho. 

-A mí no me mientes, por eso no le has pedido prestado nada. 

-Propiamente lo que solemos hacer se llama robar, C. -aclaró Mary, mirando a la cadena que colcaba en el cuello de su compañera. 

-Lo sé, lo sabes. Lo sabemos. - rió acariciándo la cadena que esta noche había robado a aquella líder que habían venido delitando para su golpe de engaño final. 

-Pero sabes qué, la que me gusta eres tú. - dijo de la nada Mary apartándose de Chris. 

-¿Ah? - Una confundida Chris no pudo hacer más que mirar a su compañera. 

-Sí me gustas,  te quiero más de lo que imaginas. - súbitamente extrajo aquel objeto que había sido marcado conjuntamente con Chris "sólo para casos extremos". 

-¡Mary!  - gritó con pánico para ser apartada lejos por un golpe de las fuertes piernas de su compañera.

-Lo siento, Cristina - mencionó también el antiguo nombre de la chica enfrente suyo- he de cumplir, lo que hay que cumplir. 

-¡María José! - chilló así mismo aquel nombre que fue enterrado años atrás por el contrato. Su cuerpo se aceleró pero eso no pudo alcanzar a detener el disparo que atravesó un vital punto de única persona en su vista. 

Se lanzó al cuerpo sin vida de su compañera. Y las lágrimas le brotaban. Pero así era el contrato  ¿no? : "No temores, no rencores, no amores; sin nada sin nadie, sólo lo que hay, sólo que exista. Delirio y límite serán nuestra existencia. Mas si he de incumplir, la única opción será la solución"

Un contrato que te permitía sobrevivir en el submundo, un contrato que te permitía seguir existiendo, un contrato que las libró hace tiempo ya de su enclaustrada vida perfecta.

El cumplimiento de éste había alcanzado a su compañera. 

-Estúpida, el mal hábito de cumplir tus cosas es tedioso. -dijo besando la ensangrentada herida, posteriormente la frente y la boca de su compañera recibieron el mismo trato -Y mi mal hábito de mentir, me llevo a no hacerlo primero. 

Y un minuto después, el contrato también la alcanzó a ella misma. 


Raras Anormalidades No Domesticadas, Omnipresentemente Mandadas, 

Aururu