He escrito un cuento para mi padre por su cumpleaños, quiero compartirlo con ustedes.
Aeequs
Para mi amadísimo padre, Feliz Cumpleaños.
Había una vez en el cercano mundo de Los Valles de Karmi, donde habitaban los luminosos regidos por el alma pura de Miriam, una extraña leyenda. La leyenda decía de una comunidad de salvajes en una llamada extraña “oscuridad” habitaban en las afueras del luminoso valle. Los luminosos no sabían qué era la “oscuridad” y le tenían un profundo miedo.
Pero un día, aquel luminoso que los regía, el alma Miriam decidió averiguar por el bien de su pueblo y del real conocimiento, si era esa leyenda cierta y encontrar qué era esa llamada “oscuridad”. Sus consejeros se le opusieron, pero ante la amables y bien razonadas explicaciones que esta alma Miriam siempre solían darle, accedieron que fuera en esta temible búsqueda.
Así el alma Miriam junto a sus amigos más confiables, Britê y Zanthou, empezaron su búsqueda.
El camino fue apacible, sin ninguna complicación hasta que llegaron hasta los límites del valle que eran conocidos. Los tres, incluso el alma Miriam estaban realmente asustadxs. Los senderos empezaron a cambiar, las plantas que conocían cambian un poco de parecer, y los animales que encontraban les parecía más que extraños. Hasta que llegaron a una poblada villa que les parecía familiar pero les era totalmente desconocido.
-Ustedes son forasteros – anunció uno de sus pobladores.
-¿Forasteros? – preguntó temerosamente sin entender Britê.
-Sí, forasteros, los forasteros que anunciaba la leyenda. Vengan conmigo les mostraré lo que han venido a buscar – dijo el mismo que les habló anteriormente. Así totalmente inundados de una sensación inexplicable para ellos su esencia les dictó que debían seguirle.
Caminaron a través del pueblo observando individuos que aunque se parecían a ellos, eran distintos. Unos reían tal y como ellos lo hacían, pero otros despedían una especie de agua por los ojos; una acción que estos tres luminosos no habían visto jamás en su apacible pueblo. Así llegaron a una gran construcción que tenía su conocido blanco, pero también estaba coloreado de otras tonalidades que se le parecían pero no eran su blanco. Al entrar en esta construcción fueron llevados por el poblador a una cúpula en dónde al observar bien se encontraron inmediatamente con seres idénticos a ellos pero… pero… ¡totalmente distintos!
-¿Qué está pasando aquí? – exclamó el alma Miriam totalmente anonada de ver una extraña gemela suya en frente de ella misma, con su misma expresión.
-Bienvenidos, ustedes aquellos que conectadamente vinieron a buscar lo que la mayoría no se atrevía. – dijo el poblador que les trajo a todos a ese lugar- Yo soy el que soy, pero me pueden llamar Brahma. Y les mostraré aquello que han venido a buscar venido a buscar.
Un extraño silencio reino en toda la cúpula, pero no duró mucho tiempo.
-¿Quiénes son, maestro Brahama? – dijeron el alma Miriam.
-Gracias por llamarme maestro, querida Miriam – la voz de Brahma llenaba la cúpula de la sensación que el alma Miriam siempre conocía cuando meditaba- Y pues ellos son ustedes. Ustedes son ellos. Todos son iguales.
-Pero eso no es posible, somos diferentes… mira su…color- dijo uno del otro grupo con la voz de Zanthou.
-Efectivamente, Zanthou. – Zanthou del grupo luminoso no se sorprendió que su igual tuviera su mismo nombre. – Ellos son blancos, y se llaman luminosos. Ustedes son Negros, conocidos como oscuros.
¿Negro? ¿Blanco? Para cada bando una de esas palabras eran extrañas a sus oídos. Así Brahma le empezó a hablar de cosas que para cada bando no eran familiares. A los luminosos les habló acerca de la tristeza, dolor y oscuridad ; a los oscuros acerca de la alegría, gozo y luz.
-Maestro Brahma, dijo que compartíamos algo ¿qué es? – preguntó por fin Britê.
-Así es queridxs míos, todos ustedes comparten algo la ignorancia, y esta ignorancia es lo que no les permitía ser completos. Pues todo: el bien, el mal; la luz, la oscuridad; la tristeza, la alegría; son complementarios… mantienen el equilibrio.
Cuando Brahma acabó de decir esto, fueron conscientes de que algo había cambiado. Ya no eran seis almas, ahora eran tres personas. Y conocieron y reconocieron que eran tal y como el maestro Brahma había dicho, una sola identidad, una sola esencia que se había mantenido separada por una brecha de ignorancia.
-Así es hijos míos, la ignorancia que verdaderamente afecta al hermoso equilibrio. – fue lo que resonó en sus cabezas antes de que todo, el valle, los pobladores y Brahma se esfumaran en un instante.
Miriam, Britê y Zanthou. Respiraron profundamente en lo que ahora observaron que era un hermoso valle lleno de toda la vida. Y se dispusieron a hacer dos largos caminos para dar la gran enseñanza que este su ahora amado maestro Brahma les había dado y otorgado.
La enseñanza del equilibrio de la vida.
Con cariño también para ustedes,
Aururu